Rezando con los iconos

"Así como la lectura de los libros materiales permite la comprensión de la palabra viva del Señor, del mismo modo el icono permite acceder, a través de la vista, a los misterios de la salvación" (Juan Pablo II, Duodecimum saeculum).

 

La Virgen de los Dolores

1.-Introducción

Con este nombre de La Virgen de los dolores el pueblo cristiano contempla a la madre de Jesús en el momento de escuchar la profecía del anciano  Simeón, pronunciada por él en el templo de Jerusalén el día de la Presentación del Señor:
Simeón los bendijo y dijo a María, su madre:«Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción y a ti misma una espada te traspasará el alma » (Lucas  2, 34s)

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2.-La tradición

La profecía se cumpliría con creces en su vida. La tradición identifica las siete flechas que se clavan en su corazón de María con los siguientes momentos dolorosos en la vida de la Virgen.

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2.1.La Profecía de Simeón

Al presentar al Niño Jesús en el Templo, Simeón los bendijo y dijo a María su madre: “He aquí que éste es puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel y para señal de contradicción, para que sean descubiertos los pensamientos de muchos corazones. Y una espada traspasará tu misma alma” (Lc 2, 34-35)

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2.2. La Huida a Egipto 

Cuando el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo».  José se levantó, tomó al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes".(Mt 2, 13s).

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2.3. El Niño Jesús perdido y hallado en el Templo 

Los días de angustia al regresar de la peregrinación ritual a Jerusalén: "Cuando cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre  y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Estos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos;  al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo. Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba. Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados».  Él les contestó: «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?». Pero ellos no comprendieron lo que les dijo. 
Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos. Su madre conservaba todo esto en su corazón". (Lc 2, 42-51)

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2.4. Encuentro de María con Jesús camino del Calvario

Sin duda, el forzoso encuentro de María con su hijo mientras éste, cargado con la cruz y el cuerpo destrozado de las torturas durante la noche, era conducido al Monte de la Calavera, sería uno de los momentos más horribles de la Pasión de María. No es posible conocer hasta dónde llegaría en su corazón el dolor en el momento de cruzarse las miradas. 

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5. Crucifixión de Jesús    

“Tomaron a Jesús y, cargando él mismo con la cruz, salió al sitio llamado «de la Calavera» (que en hebreo se dice Gólgota),  donde lo crucificaron; y con él a otros dos, uno a cada lado, y en medio, Jesús. Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena”. (Juan 19, 25)

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2.6. Descendimiento de la Cruz yJesús muerto en brazos de María. 

Nuestra Señora de la Piedad, es como el pueblo católico invoca a María en este momento de su vida, que los evangelistas cuentan de la siguiente manera: 
Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en los lienzos con los aromas, según se acostumbra a enterrar entre los judíos. (Jn 19, 40)
Pilato se extrañó que hubiera muerto ya; y, llamando al centurión, le preguntó si hacía mucho tiempo que había muerto. Informado por el centurión, concedió el cadáver a José.  Este compró una sábana y, bajando a Jesús, lo envolvió en la sábana y lo puso en un sepulcro, excavado en una roca, y rodó una piedra a la entrada del sepulcro.  María Magdalena y María, la madre de Joset, observaban dónde lo ponían.(Mc 15, 44-47)

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2.7. Entierro de Jesús

La profecía del anciano Simeón culmina con la escena que humanamente debe ser la despedida definitiva de María con su hijo: 
 
“Había un huerto en el sitio donde lo crucificaron, y en el huerto, un sepulcro nuevo donde nadie había sido enterrado todavía. Y como para los judíos era el día de la Preparación, y el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús”. (Jn 19, 41s)

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3.-Los iconos.

Tres iconos diferentes tratan de recoger el cumplimiento de la profecía de Simeón en el corazón de la Virgen. Dos de ellos pertenecen claramente al mismo tipo iconográfico, y son conocidos como “Nuestra Señora de las siete espadas” y “Dulcificación de los corazones malvados”. Su diferencia es que en el primero de ellos hay tres "flechas" en uno  de los lados y cuatro en el otro lado; y en el segundo, tres en cada lado del corazón y una séptima en la parte inferior
El tercero es el famoso icono de “Nuestra Señora de los Dolores” 

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3.1.-Siete espadas

Icono de la Madre de Dios atravesada por siete espadasNuestra Señora está representada con siete espadas clavadas en el corazón, ya sea de pie en una nube o, más corrientemente, de medio cuerpo. El número siete significa la plenitud del dolor, la tristeza y la angustia experimentada por la Virgen en su vida terrenal. 
La profecía de Simeón está representada en el icono de las "Siete espadas" por un signo de sentido evidentemente asociado a la violencia con derramamiento de sangre: una espada. 
Su simbolismo sobre el dolor y su capacidad expiatoria es, aún más profundo porque como se lee en el Levítico: “la vida de la carne está en la sangre, y yo os he dado la sangre para hacer expiación sobre el altar por vuestras vidas, pues la expiación por la vida se hace con la sangre.” (Lev 17,11)
 
 
El icono refleja el sufrimiento de la Santísima Virgen María que experimentó en soledad a lo largo de su vida, y especialmente durante los días que ahora llamamos el Triduo Pascual.
 
 
 

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3.2.- “Dulcificación de los corazones malvados”

 
 
En este icono, se representa a la Madre de Dios con siete espadas clavadas en el corazón : tres a la derecha y a la izquierda y una debajo. 
 
Como la iconografía anterior, transmite en forma alegórica la narración evangélica de la profecía de Simeón. 
La imagen "Dulcificación de los corazones malvados" parece provenir del suroeste de Rusia, sin que haya documentación de ello. Las espadas representan el dolor por los pecados cometidos por los hombres y la generalizada incredulidad en Cristo como Hijo de Dios. La inmensa misericordia de la Virgen, que ora por la conversión de todos los pecadores, ablanda los corazones endurecidos, los llena del amor a Dios y los conduce a la rectificación de sus vidas.

Su celebración, en la Iglesia Ortodoxa, tiene lugar el domingo siguiente al de la Trinidad, semana de Todos los Santos (siguiente a la Ascensión, Pentecostés en la Iglesia Católica)

 
 
Icono de la Madre de Dios de la ''Pasión''


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3.3.-Virgen de los Dolores o de la Pasión

Se desconoce la historia del icono milagroso original de la Madre de Dios “ de la Pasión", que, con toda probabilidad, era de origen bizantino
Su leyenda está asociada a un suceso milagroso ocurrido en el reinado de Juan el Terrible , en 1547, que estaba en una de las casas privadas de Kitai Gorod, también fue famoso. 
 
El 20 de febrero, dos incendios severos ocurrieron en esta parte de Moscú , destruyendo muchas viviendas. En uno de ellos, tras la devastación general de la barriada, apareció intacta una casa de madera donde estaba presente el Icono de la Pasión de la Madre de Dios. Conocido este suceso y ta salvación milagrosa de la vivienda, el rey Juan ordenó que el icono fuera llevado al palacio. Al poco, por orden del rey, el icono se colocó en el iconostasio de la Iglesia de la Concepción de Santa Ana, ubicada cerca del lugar donde ocurrió un milagro durante el incendio.
El ícono de la Virgen de los Dolores o de la Pasión pertenece al tipo iconográfico Hodigitria. La cabeza de la Virgen aparece inclinada sobre el niño Jesús, sentado en su brazo (https://www.rezarconlosiconos.com/index.php/la-virgen/virgen-hodigitria)
 
 
El niño está tenso, con clara expresión de miedo ante la visión de los ángeles, con su pie derecho, que ha perdido la sandalia, sujetándose al izquierdo, y ambas manos agarradas al pulgar de la Virgen. Mira a los ángeles que portan los conocidos símbolos de la pasión: cruz, caña con la esponja…, 
Los grandes ojos de la Virgen parecen vislumbrar los dolores que le ha profetizado Simeón. Obsérvese que la virgen y el divino niño portan mantos del mismo color púrpura, propio de la divinidad, significando la intensidad con que la Virgen participa de la vida divina. Su manto, de color azul, es propio de la humanidad.
Los ángeles, que la leyenda identifica con Miguel y Gabriel, mantienen en sus manos un paño en señal de respeto.
Bajo el ángel izquierdo aparece el nombre del icono: de la Pasión
  
 
 
Virgen-de-los-Dolores_Salamanca-Iglesia_de_la_Vera_Cruz.jpg

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4.-Representaciones artísticas en Occidente

La iconografía bizantina y rusa antes recogida tiene su réplica occidental con las características propias de este estilo. 
 
Así, el misterio mariano que recogen los iconos de la serie iconográfica de la “Virgen de las siete espadas” da lugar en Europa a una amplísima mostración de imaginería conocidas como Mater Dolorosa.
 
En España se recoge este motivo bajo diferentes advocaciones, como Virgen de la Angustias, de los Dolores, de la Esperanza Macarena, etc.
 
 
Con la advocación de Virgen de los Dolores, el Occidente cristiano se ha referido siempre a la Virgen María viviendo el momento de sumo dolor en el drama de Getsemaní. No hay país o artista plástico que no tenga en su catálogo una o varias obras con este tema. 
 
 
 
 

El crucificado con la presencia de María y Juan es el motivo de la serie plástica Stabat Mater Dolorosa (Estaba de pie la Madre dolorosa). María, siempre a la derecha de su hijo, puede estar acompañada por la Magdalena u otras piadosas mujeres. Indefectiblemente aparece Juan, el discípulo amado, al otro lado, con menor o mayor compañía, según la imaginación del autor. Se recoge la escena relatada por Juan: ”Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo».  Luego, dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre».(Jn 19, 25ss)

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
La "Piedad", _Miguel Angel_Vaticano.jpgFinalmente, occidente ha visto en el Gólgota una escena absolutamente creíble pero que no aparece en la Escritura, ni goza de representación en la iconografía bizantina. Se trata del motivo conocido como La Piedad que recoge los angustiosos instantes para María en que el cuerpo de Cristo es bajado de la cruz por José de Arimatea y recogido por los brazos de su madre. 
 
 
 
 
 
 
 
 

5.-La fiesta

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La celebración de los iconos que tienen por motivo la Profecía de Simeón con el corazón de la Virgen atravesado por Siete espadas se hace en la Iglesia Oriental el 15 de febrero del calendario ortodoxo, día de la Presentación del niño Jesús en el Templo (2 de febrero según el calendario juliano).
 
El 26 de agosto (13 de agosto según el estilo antiguo) se celebra el icono de la  "Pasión".
 
 
En Occidente, la festividad de la Virgen de los Dolores (también conocida como Virgen de la Amargura, Virgen de la Piedad, Virgen de las Angustias, la Dolorosa, etc.) se celebra el 15 de septiembre, tras la Exaltación de la Santa Cruz, el día anterior.
En “El año cristiano” aparecen este día del 15 de septiembre simultáneamente la conmemoración de “Los siete dolores de la Santísima Virgen” y  de “Nuestra Señora de las Angustias(El año cristiano, volumen III, págs.. 680-693, BAC).Como día de “Nuestra Señora de los Dolores” aparece en el Calendario “Iconos” del año 2020, de Ediciones Mensajero.  

6.-Oración

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A LA SOLEDAD DE NUESTRA SEÑORA

Sola con sola la cruz,
los ojos puestos en ella, ,
y en sus virginales manos,
clavos y espinas sangrientas. ,
Vueltos dos fuentes sus ojos,
que derraman vivas perlas, ,
llorando muerta una vida, ,
dice así una vida muerta: ,
Ay, cruz, que en mi soledad, ,
como amiga verdadera, ,
sólo a la sola acompañas,
sólo a la sola consuelas. ,
Dame tus dulces abrazos,
abraza a esta madre tierna,
porque a falta de mi Hijo,
los tuyos solo suplieran. ,
Quiero abrazarte, cruz mía;
¿ pero qué sangre es aquesta?.
Puesto que sin fuego hierve,
sin duda es la mía misma. ,
,
¡ Ay, sangre de mis entrañas,
vertida por tantas puertas! ,
pues de mis venas saliste,
volved a entrar en mis venas.
Ay, sangre que vertió Dios,
Ay, sangre que Dios desea,
pues con esta sangre cobra,
Dios de Dios todas las deudas. ,
¡Ay, engañosa manzana! ,
¡ Ay, mentirosa culebra! ,
¡ ay , enamorado Adán! ,
¡ay, mal persuadida Eva! ,
Llevó aquel árbol vedado,
frutas de culpas y penas, ,
mas vos, cruz, una granada,
coronada y pechiabierta. ,
Como fue fruta de invierno,
y cogida de una huerta, ,
colgáronla por el hombre,
que trae la salud enferma. ,
Ya a los dos nos desfrutaron,
de la dulce fruta nuestra,
pues la llevamos los dos,
yo con dolor , tú con pena.
 
Vuelve en ti a crucificarme
no hayas miedo que lo sienta,
que mal sentí yo sin alma,
pues el sepulcro me encierra.
La lanza que le hirió muerto,
a mi el alma me atraviesa,
que estaba en su pecho el alma,
y el mío estaba sin ella.
Crucificadme de pechos,
y no de espaldas, Cruz bella,
que pues la de Dios guardaste;
no es bien que ya te las vuelva.

Juntemos pechos y abrazos,
pues juntos es bien se vean,
brazos y pechos que a Dios,
en vida y muerte sustentan.
A Dios tuviste en los brazos,
atándole de manera,
que pudo el ladrón del hombre
llegar a hurtar sus riquezas.
Cruz, teniendo s Dios en peso,
en él mostraste tus fuerzas,
pues le hiciste dar de sí,
cuando pudo y cuando era.
Contigo me crucifica;
y si por clavos lo dejas,
aquí están aquellos tres
que hasta el alma me atraviesan.
¿ Cómo siendo arco de paz,
para mí lo eres de guerra,
pues son de mi corazón,
aquestos clavos las flechas?
Ay, Hijo, si nunca errasteis,
¿ cómo con clavos os hierran?.
Pues vuestra madre es esclava,
hierren a la madre vuestra.
Oh, ensangrentadas espinas,
que os subís a la cabeza,
a que mi flor encarnada,
pues es rosa, espinas tenga.
Ay, dolorosos despojos,
de la victoria sangrienta;
venid a ser haz de mirra,
de mi pecho y mi paciencia.
Herid el pecho que os ama,
y aquesta boca que os besa,
estos brazos y estos ojos,
dijo, y quedándose suspensa.
Con lágrimas acompaña,
alma , a su madre y su Reina,
que sola al pie de la Cruz,
llora su muerte y su ausencia.
El templo rompe su velo,
la luna en sangre se anega,
gime el aire y brama el mar,
llora el sol, tiembla la tierra.
Alma, gime, tiembla y llora,
que hasta las piedras te enseñan,
pues rompe sus corazones,
cuando el tuyo se hace piedra.
Los muertos a quien dio vida,
sienten su pasión acerba, 
y tú que se la quitaste,
no lo sientes ni lo piensas.

La soledad de la Virgen, Lope de Vega

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