Rezando con los iconos

"Así como la lectura de los libros materiales permite la comprensión de la palabra viva del Señor, del mismo modo el icono permite acceder, a través de la vista, a los misterios de la salvación" (Juan Pablo II, Duodecimum saeculum).

 

Iconos no hechos por manos humanas

1.1.-Dos tradiciones

En su Historia Eclesiástica, Eusebio, cuenta cómo los cristianos usaban imágenes: "He visto una gran cantidad de imágenes del Salvador, de Pedro y de Pablo, que han sido conservadas hasta nuestros días" (Historia Eclesiástica, libro VII, cap. 18). Existen dos tradiciones importantes referentes al comienzo de la iconografía:

a).-la que se inicia a partir de una leyenda del rey Agbar y que da lugar al ícono “ajeiropoíetos”, que quiere decir, "no hecho por manos humanas" y

b).-la que representa a la Virgen María con Jesús en su brazo izquierdo mientras lo señala con un gesto de su mano derecha: es el icono de la Virgen “hodigitria”, es decir, "la que muestra el camino".

La leyenda del rey AbgarEl Mandylion

Las primeras imágenes del rostro del Salvador aparecen en lienzos atribuidos a manos no humanas, iconos conocidos por su denominación griega de “ajeiropoíetos”, palabras que se puede encontrar en las manifestaciones de los falsos acusadores de Jesús: “Él ha dicho, Yo destruiré este Templo, edificado por manos humanas, y en tres días construiré otro no edificado por manos humanas”  (Mc 14, 58).

Esta idea de distinguir al Hijo de Dios eterno de su persona encarnada en la historia a través de la imagen “construida no por mano de hombre”, es utilizada por San Pablo en su teología de las dos tiendas, en la Carta a los Hebreos: “Tenemos un sumo sacerdote que está sentado a la derecha del trono de la Majestad en los cielos, y es ministro del santuario y de la tienda verdadera, construida por el Señor y no por un hombre”(He 8, 2s). Será en María, como tienda hecha por manos humanas, donde Cristo nacerá para la historia

El Mandylion recoge la primera leyenda sobre el origen de estos iconos señalando que es el propio Jesús, secándose con una tela, el que imprime en ella su rostro de forma milagrosa, produciendo literalmente un ajeiropoíetos, es decir, una imagen no realizada por manos humanas. Este lienzo de lino con la impresión de la cara de Cristo fue llevado por los ejércitos romanos imperiales que luchaban contra los persas hasta el Rey Abgar, de Edesa. Se dice que dicho paño curó al Rey de la lepra y al mismo tiempo había dado la victoria al ejército imperial, en Edesa, contra las tropas de Turquía (544).

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Virgen HodygitriaVirgen Hodygitria

La segunda tradición iconográfica que data de la época apostólica es la del llamado ícono Hodigitria, o “la que muestra el camino”. La figura estándar hace aparecer a la Madre de Dios con el Niño en brazos, generalmente en el izquierdo, mientras su mano derecha le señala, le muestra al espectador. La cabeza de la Virgen se inclina hacia su hijo. La tradición cuenta que fue el evangelista san Lucas quien comenzó a pintar este cuadro y que, cuando le faltaron las fuerzas  estando pintando la imagen, imploró la ayuda celestial y el icono mismo acabó la pintura. Por ello, no es de extrañar que  existan versiones del mismo en las que aparece el evangelista delante de su caballete pintando a la Virgen.

La denominación "Vírgen Hodigitria" se extiende a todos los iconos en donde la Virgen extiende la mano derecha en su gesto de “señalar el camino”, exceptuándose las que, aun conservando en todo la figuración de este icono, su nombre es un motivo local (Smolenskaia, Tickvinskaia , Jerusalem…)o de devoción particular por razones de piedad popular (Perpetuo socorro,…), para ser veneradas con nombres propios.

Estos dos iconos son las primeras manifestaciones de fe en la Encarnación del Verbo divino en la persona de Jesucristo y en el papel singularísimo de su madre María en la redención.

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